domingo, 21 de agosto de 2016

MANUELA ROLANDELLI

Suspendida en el lomo del gato




Suspensión

a punto de escribir
el tiempo me es ajeno
estoy suspendida
como el salto de un gato
mientras lo ves en el aire
ahí permanece no toca el piso
nunca más durante ese instante 
estoy suspendida
en el lomo del gato
rebelde y fabuloso
huyendo de lo fugaz

aquí en la suspensión
lo que se ama permanece
intacto
lo que aún no es conmociona
porque será revelación

después 
mi cuerpo sabrá
de ese recuerdo feliz.




En el silencio de los domingos 

En el silencio de los domingos encuentro
la comodidad
de todas las cosas
veo que los recuerdos se iluminan
que nada es frágil
la inmensidad
adquiere fuerzas
así voy
me deslizo pacíficamente 
acoplada al ritmo bondadoso 
de este día
sin mucho espacio
pero tan conocedora de él
que hasta podría ser ciega y moverme
con la misma levedad
y si alguien estuviera
espiando mis andanzas
le sonreiría cómplice

A veces pienso 
las personas que son espiadas y no lo advierten
se parecen mucho
a la locura.




Rituales

Me cuesta escribir
sobre el chico 
que me mira
del edificio de enfrente
en diagonal a mi ventana
me cuesta escribir algo más
que no sea escribir
que está mirándome
a la hora de almorzar
desde su ventana
no creo que haga otra cosa
más que estar
en su ventana
a la hora del almuerzo
mirándome
no creo que tenga trabajo
no creo que tenga hijos
no creo que escriba poemas
sobre mí
que estoy mirándolo
cada día
a la hora del almuerzo
desde mi ventana. 




Mala

como el agua hirviendo
me imagino
sometida a un sueño
del que me lamento y sufro
pero me doy el lujo
de ser mala como el veneno
de una rata mala y celosa
llamalo excitación
masoquismo
me lastima tanto
y lo disfruto
en la misma medida
engaño rasguño muerdo 
y no me arrepiento
jamás
solo soy mala
una vez que me duermo. 


Manuela Rolandelli
(Ramallo, pcia de Buenos Aires -1985)




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