Adoro o muerte
Osvaldo
Bossi, costurera
sí,
lo que escucharon
Osvaldo
Bossi
costurera
Quiero
decir, corte y confección
Penélope
de sí mismo
Penélope,
de su historia y de su Padre
el
héroe original de toda su obra
siempre
de regreso a Ítaca
siempre
Odiseo multiplicado:
en
los chongos
en
los espejos de los baños
en
los techos de los albergues transitorios
en
el amor taxi boy
y
en esta narrativa en estado de poema
en
su flotación continua,
entre
la alegría y la alarma,
como
el suspenso que sentimos en el aire
cuando
dormimos mientras afuera estalla una noche de tormenta.
Pero,
les decía,
Osvaldo
Bossi, costurera
Osvaldo
Bossi, Penélope
tejiendo,
surciendo, remendando
su
vida en su obra
su
obra en su vida
y
Adoro
como
un poema extenso
o
una novela breve
y
la vida y la obra aunadas
en
un mismo suspiro
de
dolor de goce de placer
Adoro,
como quien dice
La vida
es obra
o no sería capaz de
vivirla
Adoro,
como quien canta un bolero
Adoro,
como Penélope surciendo su propio destino
mientras
de fondo en la radio se escucha una canción.
Quiero
decir:
Hay
en Adoro
una
voz personal
esto
es: apropiada, liberada,
a
contracorriente de la época
una
voz femenina ymasculina, en medio de la noche
mientras
en la ventana
brilla
la luna como un signo supremo
y
brillan los rayos de la tormenta como chongos,
como
panes multiplicados, como un milagro
de
la poesía y de la ausencia
y
brilla en definitiva entonces el amor,
multiplicado
como
pan
como
signo
como
rayo
como
poesía de la ausencia
-toda
poesía es poesía de la ausencia
Y
cuando digo AMOR
no
se confundan, porque no quiero decir
el
amor líquido de Bauman
ni
tampoco el amor elogiado de Badiou
No.
El
amor en Adoro
es
para mí
un
amor clásico, platónico
El banquete
y Adán y Eva,
Caín
y Abel,
Ovi
y sus chongos
Ovi
y la noche
Osvaldo
y su padre
Sobre
todo eso
Osvaldo
y su padre
casi
como dos personajes de Becket
bailando
un tango lento
a
lo largo de este libro y de toda la obra del poeta
bailando
su amor clásico
porque
quién ama es divino
celebra
y se salva,
y
porque el amor es lo que fue siempre
una
vez más, herida, cicatriz y metáfora.
Adoro
es entonces, para mí
un
poema extenso y una novela breve,
tejida
con los hilos del amor clásico,
una
tela suave y áspera a la vez, que Penélope teje y desteje
mientras
de fondo en la radio se escucha una canción
Adoro
es la noche y sus espejos multiplicados
Adoro
es la noche y sus chongos multiplicados
Adoro
es un lugar en donde todo es espejo
y
todo es espejo del padre
y
miren qué particular, fíjense
qué
cosa más curiosa
porque,
en plena sociedad del cálculo
la
respuesta es el derroche ilimitado del amor
en
plena era tecnológica
la
respuesta es la vuelta del amor en un sentido clásico
en
plena era de la vida saludable
la
respuesta es el amor
como
la droga más dura y más poderosa
¿y
cómo no pensar entonces
que
se trata de una respuesta
personal
y genuina?
Aunque,
por supuesto, nada de lo que diga sea tan cierto
Yo
le creo todo a Adoro
le
creo y me dejo llevar
por
su lento baile de máscaras
por
el chamuyo del padre enmascarado
por
este tango lento y pop
dulce
y meláncolico
Batman,
Astroboy, Ovi…
Le
creo a Osvaldo Bossi cuando enuncia
con
su voz, siempre grave y pausada:
Señoras y señores
Adoro
o muerte.
Patricio Foglia
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