Tenía que irme y era urgente
visita
hoy papá me
preguntó
qué tal van las
cosas
en mi relación
me vino a
visitar al mediodía
trajo todas esas
carpetas
con las que anda
en la semana
se tomó su café
con cigarrillo obligado
y volvió a
reírse de que no compro leche
siempre me
pregunta
quién me metió
eso en la cabeza
siempre cree que
otros
me meten cosas
en la cabeza
compraría leche
solo para papá
aunque se me
pudriera cada semana
pienso
pero no
complacerlo en este detalle
me libera un
poco
entonces mira
mis cosas
abre mi heladera
por pura curiosidad
y hablamos de
mis mareos
de mi extrema
sensibilidad
me escucho
hablarle del inconsciente
de cómo eso
maneja todo nuestro cuerpo
y me siento un
poco tonta
pero él escucha
y yo lo miro
y no quiero
hablarle de mi relación
es como si eso
nos pusiera a
mil kilómetros
quiero hablar de
cosas que él pueda admirar
le muestro mi
libro
le hablo del
viaje que se viene
quiero saber qué
lugares visitó él
quiero haber
viajado con él
creo que nunca
sé del todo
cuánto le
interesan mis relatos
o cuánto le
intereso yo
y así como de la
nada
mientras se
levanta para irse
ahí me lanza la
pregunta sobre mi relación
no nos miramos
le digo bastante
bien mientras ordeno algo
y no sé si
quiero que se alegre
hablar de mi
relación
es meter a un
intruso entre nosotros
porque me vino a
visitar y somos solo él y yo
me aconseja que
no peleemos en el viaje
no no ya lo
hablamos le digo
y ya se está
yendo
y me invade una
angustia desmedida
fue tan breve y
amable nuestro rato
que no quisiera
soltarlo
y me quedo en casa
pensando por qué
me deja sola
con todo esto
navidad
le dije papá
frená el auto
me había
invadido una plaga de insectos
todo mi cuerpo
estaba lleno de bichos
y de serpientes
y de lombrices
me estaba
muriendo lo sabía
sabía que cuando
terminara el festejo
me iba a morir
no podía
respirar y respiraba
mi cuerpo era
una cárcel
y yo seguía
lúcida
y sabía que me
iba
delante de papá
y mamá
ahí al lado de
la ruta
pasaban autos
con alegría navideña
lucecitas de
colores
yo me
atragantaba
mis brazos
estaban comidos
por animales
no podía tocar a
mamá no dejaba
que me
acariciara ni que me abrazara
no podía
tenía que irme y
era urgente
que llamaran a
una ambulancia
quería irme en
ambulancia sí
el auto parado
en medio de la ruta
la noche de
navidad
no me salía el
vómito
me ahogaba
mis órganos
estaban rotos
mi sangre se iba
apagando
me iba a morir y
era hermoso
que fuera así y
a la vista
de papá y mamá
y sin dejar que
me tocaran que me hablaran
sin dejar
de respirar
tan lúcida
el cachetazo llega justo a tiempo
para corregirme
de mis excesos
de mi desmedido
amor al sol
de haber deseado
el cachetazo es
exacto
se clava en el
medio del rostro
y me corrige
de haberme
permitido
soñar con un
viento de lobos
sonreírle al mar
cuando atardece
qué precisión de
golpe
la sangre se
desparrama hermosa
por la mejilla
por la nariz
puedo oler la
arena sucia
sé que no es
justo bailar
cada noche con
los animales
la mirada queda
consumida
y ausente para
siempre
la piel se rompe
en línea recta
al cachetazo
tan firme y
perfecto
Juana Roggero
De: Morir delante de papá y mamá (Viajero
Insomne, 2016)
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