LA DROGA ME
HIZO MAL
Entre vos y mi yo
Te dije que estabas
linda
te sonreíste y tus
mejillas de color rosa
se pusieron amarillas.
No fue imposible
recibir otra mirada tuya
que respondió a mi
halago.
Se hizo allí, entre vos
y mi yo, una laguna
con un bote frenado en
la orilla entre arena y verdes hojas de árbol.
Entonces lo alzamos
hasta la profundidad
Y también ahí el lago
se aquietó entre vos y mi yo.
La tormenta había
parado
una diminuta pausa se
produjo antes de que hablásemos
antes que te diga: linda
antes que nos
conociéramos
vos y mi yo.
Antes que te diga:
¿querés ser mi novia?
vos y mi yo el agua
habían tomado.
El
gato y su llave
En una casa deshabitada
y con fantasmas
el gato encuentra allí
su llave para escapar
hacia otro sitio más
acogedor que los árboles
que vio y ahora no
puede ver.
Se recuerda en ellos
comiendo una fruta verde
y se esparce entonces
para mover el pelaje
en un rincón.
Después de años se
prepara a la comodidad
de un hogar hecho de
sillones con telas blancas
y lámparas sin luz.
Pero ya no le alcanza
con eso y prefiere escapar
a otro sitio más
acogedor que los árboles
que vio y ahora no
puede ver.
La droga
La droga me hizo mal
decidí cambiar el
destino
y probar otras
sensaciones.
En el psicólogo continuaba
mi miedo
por el que pasaba mientras
recordaba esos días.
Les dije a mis amigos corte,
que el mambo había sido dejar de consumir
y me rescaté de una;
porque mis reflejos
de hombre improvisado
ya me interferían
en las decisiones que
no llegaba a tomar.
La despedida fue bonita
y recordar mis días de
callejero, tirado en medio de la calle,
salvado por un amigo,
que se rescató, y me despabiló,
para salvar mi vida,
fue el gesto más hermoso que tengo
de aquellos días de
soledad.
Guido M. Delía
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